El término Objetos Voladores No Identificados, más conocido por las siglas OVNIS, que en inglés se denomina Unidentified Flying Object o UFO, se refiere a la observación de objetos volantes, reales o aparentes, que no pueden ser identificados por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una revisión e investigación científica.

La existencia, en las costumbres ancestrales de los indígenas antillanos que poblaron el archipiélago cubano, de una mitología sobre seres venidos de las estrellas o de lo que algunos creen se refiere a OVNIS, puede corroborarse en uno de los textos del Diario de Navegación de Cristóbal Colón al describir el momento de su llegada a la isla:

“…se echaban a la mar nadando y venían, y entendíamos que nos preguntaban si éramos bajados del cielo. Y vino viejo batel dentro, y otro a voces grandes llamaban a todos, hombres y mujeres: ¡venid a ver a los que vinieron del cielo!”.

Los antillanos tenían el nombre de turey para esos seres venidos de las alturas, y así comenzaron a llamar a los conquistadores españoles recién llegados. Según el sabio Fernando Ortíz: “Turey quiere decir celestial, hombres bajados del cielo”.

La gran pregunta es a qué cielo se referían aquellos aborígenes con aparente baja instrucción y medios de vida que, sin embargo, dejaron plasmados en las cuevas por medio de pictografías ampliamente documentadas y estudiadas un notable conocimiento sobre los astros, las constelaciones y otros elementos celestes.

LOS INVESTIGADORES DE LOS OVNIS EN CUBA

Ha habido una legión de investigadores aficionados y profesionales del fenómeno OVNI, y de sus avistamientos, corroboración e historia en el caso de Cuba.

Su intenso trabajo ha logrado frutos perdurables, que van desde revistas especializadas, libros y documentales, así como resúmenes de jornadas celebradas entre sus miembros casi de forma clandestina.

Han tratado de agruparse, pero no tienen una organización reconocida dentro del territorio cubano.

A pesar de todo, desde el año 2006 la Asociación Cubana de Ufología (ACU) ha intentado, de acuerdo a la constitución cubana, legalizar su existencia ante las autoridades como entidad de investigación sin fines de lucro, pero sin éxito.

Esta circunstancia le impide a los integrantes de su comité gestor celebrar reuniones públicas o convocar a congresos internacionales, que resultarían sumamente interesantes para los aficionados, e incluso otros investigadores científicos y militares que tendrían una manera de compartir y escuchar experiencias de primera mano.

LAS “FAMOSAS” FOTOS DE OVNIS EN CUBA

La primera fotografía de un aparente OVNI o platillo volador en Cuba fue publicada el 17 de julio de 1952 en las páginas de Prensa Libre y El Imparcial, dándole crédito al reportero Guillermo Zincke.

Luego quedó claro que aquello era muy falso, pues tanto el reportero gráfico José Agraz, como el Departamento Técnico del Servicio de Inteligencia Militar del Ejército, demostraron que todo había sido falseado.

El 17 de mayo de 1956, en plena capital y sobre la llamada Plaza Cívica, aparentemente se fotografía otro OVNI sobre Cuba. Fue tomada por el famoso reportero Zayas, del semanario Gente, que lo publicó el 3 de junio bajo el título “Platillos Voladores en La Habana”, seguido de los siguientes titulares:

“Volaron sobre la Plaza de la República unos raros objetos, dejando tras sí una estela luminosa. Sensacional instantánea del reporter gráfico de Gente. El Monumento a Martí iba a ser blanco de uno de los platillos cuando el extraño objeto desapareció velozmente”.

Ningún otro medio cubano replicó la noticia, demostrándose posteriormente no ser cierta, y generada por el deseo de vender de la prensa sensacionalista de la época, aún a cualquier coste ético.

En 1957 el fotógrafo ya fallecido Manuel Méndez Vázquez logra captar con su cámara Rolliflex tres imponentes fotografías de lo que parece ser un platillo volador sobre la Loma de El Cacahual.

La inexistencia de los negativos originales ha sido un impedimento para poder verificar la originalidad del suceso.

CASOS CONOCIDOS DE OVNIS EN CUBA

Antes de 1959

Existen decenas de testimonios y relatos sobre avistamientos de naves voladoras no identificadas desde principios del siglo pasado hasta 1959, pero aquí expondremos los más interesantes:

Uno de ellos es el ocurrido en 1947 a un avión Douglas DC-3 que, al recorrer el espacio aéreo sobre Matanzas, tuvo un encuentro con una luz verde esférica que, por los testimonios del capitán Sigfredo de los Reyes, su copiloto y el sobrecargo, se acercó de frente al avión para, justo antes de chocar con ellos, frenar abruptamente y tomar otro rumbo. Luego fue avistada al día siguiente en otro incidente similar con otro avión.

En 2007, durante una visita a Cuba de Martín Torrijos, Presidente de Panamá, el empresario e investigador del tema OVNI José Luis Gil tuvo una conversación informal, durante una recepción oficial, con el Presidente cubano Fidel Castro, quien le dijo haber sido testigo de uno en la Sierra Maestra antes de 1959.

Según su versión de las palabras de Fidel, éste le dijo:

“Allí estábamos nosotros, en mitad de la noche, con los rifles sobre las rodillas cuando, de pronto, vimos una luz que corría entre las estrellas. La luz se acercó al grupo de los comandantes y cayó sobre nosotros como un cubo pesado a tres metros de distancia. Era redonda y enorme. Y el campo y la montaña se iluminaron como si fuera de día. Después se elevó.”

De la Sierra Maestra cubana hay otras anécdotas prerrevolucionarias por parte de miembros de la guerrilla de Fidel.

En el libro OVNIS: Lo físico y psíquico del fenómeno, de Virgilio Sánchez-Ocejo, en el capítulo uno, “Cuba: Cronología del fenómeno OVNI”, página 34, se cuenta la historia ocurrida en diciembre de 1957 a las 9 de la noche por los tenientes de la tropa Pablo Rosa y José Tamargo junto al capitán Fermín Fernández.

Ellos relatan al autor que vieron una luz amarilla que se les aproximaba hasta convertirse en un disco de color plateado, que aterrizó muy cerca, ante lo cual se replegaron formando un círculo y comenzaron a disparar con sus ametralladoras Thompson calibre 45.

Asombrosamente, ninguna de las balas logró impactar al OVNI, como si existiera una barrera de contención que repeliera los proyectiles. Inmediatamente la nave adquirió nuevamente un color amarillo intenso, se elevó y desapareció en el cielo a toda velocidad.

En este mismo libro se recogen otras anécdotas de posibles encuentros OVNIS con pobladores cubanos, como uno ocurrido en el mar, en la madrugada de un día de invierno de 1957, donde dos pescadores en su yate, de nombres Raúl y Luis, observaron ‘un enorme y brillante objeto de color blanco-rosado’ salir del mar e iluminar las nubes, creando una lluvia artificial con las gotas de agua salada que escurría sobre ellos.

En el extraordinario documental ¿OVNIs en Cuba?, de los realizadores Octavio Cortázar, Armando Linares y Hugo Parrado, se cuenta la historia del profesor de física Enrique Pérez Gutiérrez, que vio en un verano de 1954, desde el Colegio de Belén de la ciudad de La Habana, como un objeto luminoso redondo entró desde el norte a enorme velocidad, ‘frenando’ bruscamente frente al globo aerostático que habían lanzado los alumnos del centro.

A unos 800 metros de altura, el objeto volador comenzó lentamente a dar vueltas alrededor del globo y, de repente, salió disparado súbitamente con rumbo sur a increíble velocidad, desafiando todas las leyes de la inercia conocidas.

Después de 1959

En la Bahía de Matanzas, en la mañana del domingo 5 de julio de 1959, decenas de niños boy scout y sus maestros observaron asombrados como salía del mar y flotaba, silenciosamente, un objeto volador sin alas, con forma de trompo y un diámetro de 6 a 8 metros, a solo 200 metros de la costa, justo al lado de un bote de pescadores que también fueron testigos del suceso. Pocos segundos después, el disco luminoso ascendió en vertiginosa vertical perdiéndose en el infinito en menos de 15 segundos.

En el año 1978 un niño observa en la Playa Santa Lucía, en Nuevitas, Camagüey, tres luces brillantes que flotan cerca del mar al anochecer, y que se sumergen a una distancia de cientos de metros de la costa, para luego reaparecer abruptamente y, a una velocidad increíble, acelerar hacia la costa y perderse tierra adentro.

Según una página rusa de conspiración, que describe los accidentes de OVNIS en la antigua Unión Soviética y en otros países, está la anécdota de la supuesta caída, cerca de la costa de Casilda, en la provincia cubana de Las Villas, de un objeto volador en forma de cigarro el 17 de agosto de 1981.

Después de dragar la bahía, se recuperó la nave de aparente naturaleza radiactiva a unos 250 metros de una zanja natural, en cuyo interior se descubrieron los cuerpos de cuatro humanoides con cabezas grandes, dedos largos y delgados, vestidos con monos y cascos. Este sitio afirma que la nave fue entregada a un centro científico secreto en Camagüey y se almacenó debajo de una hoja de metal.  También da como cierto, sin mostrar evidencias, que Fidel Castro se fotografió con el OVNI. La veracidad de esta historia está en entredicho, así como el paradero del OVNI encontrado.

En enero de 1985 se reporta el caso del avistamiento en el mar, desde el barco cañonero Guanajuato, con bandera mexicana, y a unas 70 millas al sur del cabo de San Antonio en Pinar del Río, de un objeto luminoso alargado de unos 40 metros de longitud que, al subir hasta unos 500 metros de altura, comenzó a cambiar su forma definiendo figuras geométricas como trapecios, cuadrados o circunferencias, flexionando toda su estructura, hasta que finalmente desapareció.

Pero si la prensa cubana ha sido reacia a este tipo de historias de avistamientos en Cuba, increíblemente el 8 de diciembre de 1995 el periódico «Guerrillero» reportó el avistamiento de un OVNI el día 4 en el poblado de Chamizo, en la provincia de Pinar del Río.

El periodista cuenta que tanto él como muchos vecinos vieron al objeto a unos dos kilómetros de altura con luces intermitentes en línea de color amarillo naranja que giraban lentamente sobre su centro.

Posteriormente se confirmó su avistamiento desde la estación meteorológica de Paso Real de San Diego, otros lugares al sur de la autopista nacional y en el poblado Los Palacios, donde el objeto flotó estático a solo unos 300 metros de altura.

Finalmente, según todos los testigos entrevistados y otros testimonios aparecidos a posteriori, el objeto apagó sus luces una a una y se elevó sin hacer el menor ruido. Algunos refieren una segunda aparición del OVNI días después.

En ese mismo artículo del periódico “Guerrillero” se confirma el avistamiento en Cuba, entre el 15 y el 26 de octubre de 1995, de cinco visualizaciones de OVNIS en las provincias de Matanzas, La Habana y tres veces en la zona de Florida, en Camagüey, todas de conocimiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba.

Sin dudas el caso más sonado, publicado en la prensa oficial por intermedio del diario de salida nacional Juventud Rebelde, fue el encuentro cercano de tercer tipo del campesino Adolfo Zarate, que conmocionó a toda la isla, al ser la primera vez en que la Academia de Ciencias admite la existencia de huellas del descenso a tierra de un artefacto en el poblado de Torriente, a 127 kilómetros al este de La Habana, el día 15 de octubre de 1995.

Zarate, un campesino de 74 años que labraba la tierra, aseguró que alrededor de las nueve de la mañana sintió de pronto una detonación seca que le hizo mover el rostro hacia un lado y así presenciar el aterrizaje silencioso, a solo 50 metros, de la nave del tamaño de un auto.

Inmediatamente corrió a esconderse en un maizal, desde donde pudo ver a un ser con máscara y vestido de camuflaje bajar del OVNI, recoger algo del suelo que podría ser una malanga, y luego entrar al artefacto, en donde Zarate vislumbró otro tripulante, y elevarse rápidamente a las alturas emitiendo una enorme ráfaga de aire a propulsión y dejando un arco de luz azul en el cielo.

A pesar de su avanzada edad, las autoridades locales otorgaron credibilidad a la versión de Zarate, avalada por el testimonio previo de un niño que 17 horas antes vio y dibujó este mismo objeto volador. La policía del lugar también afirmó que las huellas encontradas en la hierba confirmaban la presencia de un objeto apoyado sobre dos bases.

Sin embargo, el fututo para Zarate después de este encuentro, que fue puesto en duda al afirmar que solo buscaba protagonismo, no fue nada halagüeño.

En los días inmediatos padeció de severas afectaciones en los ojos, al parecer producto de los gases emitidos por la nave al despegar. Después, sufrió una depresión profunda y permanente, que lo hizo encerrarse en su casa sin querer ver a nadie al recibir burlas despiadadas desde la prensa, la radio y la televisión que lo hacían aparecer como un oportunista o un loco ante el país y el mundo.

Posterior al famoso caso de Adolfo Zárate ocurrieron toda una serie de eventos de oleadas de OVNIS en el sur de La Habana, que no solo volaban a altas alturas, sino que se desplazaban sobre casas, escuelas y centros de trabajo con cientos de testigos documentados, generando apagones en edificios y otros extraños efectos electromagnéticos, como el de televisores que se encendían y trabajaban estando desconectados de la red eléctrica, días después de ocurridos los avistamientos.

En otro caso, una mujer pudo casi tocarlo, al encontrarse solo a metro y medio de altura del suelo, sobre un basurero.

En otro caso el objeto volador se introdujo en un campo de tiro, por lo que recibió disparos de dos balas ordinarias y una trazadora de fusil AKM, ante lo cual descendió unos 20 metros de altura y luego se marchó sin incidentes.

El 16 de diciembre de 1998 es reportado por varios vecinos del Vedado en guardia operativa la iluminación azul del cielo por el paso de una formación en delta de 6 objetos luminosos de forma elipsoidal, a una altura aproximada entre 100 y 150 km, desde el sur hasta el norte de la ciudad, para realizar un rápido descenso en picado, detenerse abruptamente y luego ascender incrementando poderosamente su velocidad, desafiando leyes físicas como la de la inercia y de la gravedad, para luego desaparecer.

Otro caso muy interesante no reportado por medios oficiales, pero del que fue testigo cientos de pasajeros y la tripulación de un vuelo de la aerolínea canadiense Sky Service, así como personal de los aeropuertos Ignacio Agramonte en Camagüey, el de Ciego de Ávila y el entonces recién inaugurado Jardines del Rey, del polo turístico de Cayo Coco, fue el de un pequeño OVNI explorador de color rojo y gran brillantez, que se aproximó agresivamente al avión en pleno vuelo una vez que despegó, con sorprendentes cambios de rumbo, dirección y velocidad, que hizo necesario un aterrizaje de emergencia. Finalmente, luego de incursionar en los otros aeropuertos, el OVNI voló ascendentemente en rumbo norte hasta salir del territorio cubano.

En febrero de 1999 y agosto de 2002 se reporta la visualización a 13 kilómetros de altura, sobre la zona norte del litoral de La Habana y Pinar del Río, de puntos luminosos con diferente forma e intensidad luminosa que se desplazaban a una velocidad increíble entre puntos del firmamento, apareciendo y desapareciendo sucesivamente, dando la impresión de que explotaba o se desmaterializaba.

Para enero de 2001, cerca de las 10 de la noche, se reporta en la ciudad de Colón, en la provincia de Matanzas, la aparición en dos ocasiones de un objeto de 5 metros de largo y base rectangular con cúpula ovalada, con tres focos luminosos, sobrevolando despacio y sin ruido alguno sobre la casas de la localidad a unos 12 metros de altura, para luego desaparecer lentamente siguiendo el rumbo de la carretera central.

Innumerables veces, estos avistamientos han sido de conocimiento del Ministerio del Interior (MININT), que admite haber investigado algunos casos en que sus tropas se han visto involucradas, como uno que puso en jaque a las guardafronteras de La Bajada, en la península de Guanahacabibes, otro en 1993 que también involucró a las guardafronteras de Playa Cajío, en Batabanó al sur de La Habana, o el incidente de 2011 ocurrido en la zona de La Ceniza, un área rural al sur de la capital de Pinar del Río, donde los pobladores del caserío reportaron la aparición de una gran luz que surgió a cientos de metros de altura y luego desapareció, a gran velocidad y en silencio, sin dejar rastro.

Más recientemente, el 8 de mayo de 2004 varios vecinos de una zona próxima a Expocuba, el recinto ferial de La Habana, declararon haber avistado una pequeña nave ovalada, de color plateado y cola metálica, que aterrizó en una finca al sureste de la capital y luego, según el testimonio del joven Raúl Beltrán, de 17 años, “se levantó perpendicularmente y salió por entre las palmas sin hacer casi ruido, ni una gota de humo.”

El 27 de mayo de ese mismo año, en el pueblo de Mata, en el reparto Cifuentes, de Villa Clara, se reporta por niños y adultos el aterrizaje de una bola de color naranja, con luces centelleantes a su alrededor, en el terreno de pelota de la localidad, que dejó una marca esférica apreciable corroborada por las autoridades.

Otro tema interesante, vinculado al tema OVNI en Cuba, no se vincula a los avistamientos, sino a las declaraciones de algunos ciudadanos de haber sido abducidos por estos objetos voladores y sus tripulantes, como son los casos de Roberto Dámaso y Enrique Arias Segredo.

VIDEOS RECIENTES DE OVNIS SOBREVOLANDO CUBA

Recientemente, la casi inexistencia de personas dedicadas al estudio del tema OVNI en Cuba sobre el terreno y las trabas impuestas a la Asociación Ufológica Cubana (ACU), se ha perdido terreno en la investigación del tema.

Afortunadamente, con el advenimiento de las nuevas tecnologías y el internet, se pueden encontrar, después de una búsqueda difícil y extenuante, testimonios de videos de recientes avistamientos de OVNIS sobre la capital y otras provincias de Cuba.