Imaginar qué nos espera después de la muerte sigue siendo un enigma por resolver. La ciencia, la filosofía, el budismo y la religión tienen muy diversos criterios en cuanto al tema.
Idealizar sobre la existencia de vida después de la muerte es un planteamiento que nos hemos hecho durante siglos.
La ciencia y la religión han tenido fuertes batallas en su afán de encontrar una explicación sobre este proceso: la religión se basa en la interpretación de los textos sagrados, negando todo tipo de evolución humana como refiere la ciencia.
A continuación te contamos sobre cuatro experiencias reales de muerte en personas que clínicamente fallecieron y volvieron a la vida.
Richard Madison
Relata que sufrió un aparatoso accidente de tránsito donde quedó gravemente herido en la cabeza. Al llegar al hospital fue declarado clínicamente muerto.
Madison contó que salió de su cuerpo y caminó por los pasillos del hospital. Cuando lo enviaban hacia la morgue recuperó el pulso.
Por su experiencia, publicó un libro Raised from the dead (Levantado de la muerte).
Freddy Vest
Tuvo un ataque cardíaco que le produjo una muerte instantánea. Tras más de dos horas sin signos vitales los paramédicos lograron reanimarlo.
Freddy cuenta que, en ese lapso aparentemente muerto, no podía ver ni oír nada; pero no sentía temor sino que, al contrario, sintió mucha paz y una sensación hermosa de amor casi imposible de explicar.
Luego vio una fuerte luz, pero no recuerda haber experimentado algún movimiento antes de volver a la vida.
Su experiencia lo impulsó a escribir la obra The Day I Died: My Astonishing trip to Heaven and Back (El día que morí: mi alucinante viaje de ida y regreso al cielo).
Colton Burpo
Sufrió una peritonitis que le reventó su apéndice: en el momento de su operación recuerda haberse levantado mientras miraba a los médicos operarle, y ver a su padre en la silla orando por su recuperación.
Burpo cuenta que vio a una hermana ya fallecida de la cual no conocía su existencia, pues su madre la había perdido y nunca habló sobre el tema.
También relata haber visitado el reino celestial y que no le tiene miedo a la muerte. Su experiencia ha sido una de las más controversiales y rebatidas hasta el momento.
Su padre escribió un libro llamado Heaven is for real (El cielo es real). Existe una película del mismo nombre, basada en la experiencia de Burpo, quien ha sido entrevistado en varias cadenas de televisión internacional.
Jim Woodford
Woodford padecía el síndrome Guillain-Barré, enfermedad que debilita el sistema nervioso e inmunológico. Tuvo una muerte cerebral y quedó por más de once horas sin signos vitales.
Jim relata que sintió un inmenso dolor, inexplicable, y luego dejó de sentir aflicción, mientras miraba su cuerpo muerto. De momento vió como se elevaba hasta un túnel donde había una luz impresionante que le causaba mucha paz.
Después observó como este túnel se cerraba y, abajo una fuerte neblina que se dispersaba bajos sus pies, veía un pasto verde, mientras que al frente había como una especie de frontera, donde a un costado había claridad y al otro oscuridad.
Él cree que existe la vida después de la muerte, y lo ha plasmado en varios libros, como Heaven: an unexpected journey (El cielo: en viaje inesperado).
Los eternos rivales
Lo controversial sobre el tema es que la ciencia y la religión han tenido milenios de enfrentamientos sobre esta disyuntiva.
En la edad media la Iglesia Católica ejercía un dominio absoluto, a veces más que los de un gobernante o un rey, sobre todos los aspectos económicos, políticos o religiosos de la sociedad donde imperase.
Los que no siguieran sus preceptos, muchas veces erróneos a la luz de nuestros días, eran encarcelados o torturados hasta morir.
Los científicos de entonces fueron las mayores víctimas de aquel cruel fanatismo católico y, entre sus ellos, figuras muy reconocidas que hoy son íconos de gran relevancia histórica por sus trascendentales descubrimientos, como Nicolás Copérnico, Miguel de Villanueva, Giordano Bruno, Galileo Galilei, Leonardo Da Vinci, Erasmo de Rotterdam, Miguel Ángel, Martín Lutero, etc.
Acusados de herejía, algunos se salvaron al retractarse de sus ideas, otros fueron torturados hasta morir.
Aunque en la actualidad ciencia y religión siguen siendo polos opuestos y muy controversiales, han logrado mantenerse en un espacio armónico y convivir.
¿Qué dicen la ciencia, la filosofía y la religión sobre qué hay más allá de la muerte?
Los científicos afirman que nadie regresa después de la muerte, refutando así las experiencias extracorpóreas aquí relatadas de personas diagnosticadas clínicamente muertas.
Según ellos, después de morir se producen actividades cerebrales fallidas que inducen esas sensaciones de paz y tranquilidad, y que la llamada luz a través del túnel se debe a la pérdida de visión en la retina.
En cuanto a la sensación de levitación o suspensión del cuerpo, la ciencia hace una comparación con el sueño REM caracterizado por los movimientos oculares rápidos, también nombrado cielo del sueño. Nuevas investigaciones científicas revelan que aquellos que aseguran haberse encontrado con familiares ya fallecidos tienen patologías cerebrales, como el síndrome o delirio de Cotard, donde el afectado tiene la ilusión de estar muerto.
La filosofía afirma que hay vida después de la muerte, aunque desde diferentes perspectivas y para esto tiene varias teorías.
Según la teoría de la liberación del alma, respaldada por Sócrates, el alma se separa del cuerpo para su evolución y su mayor bien.
La teoría del solipsismo, o filosofía de Descartes, refiere que cada persona puede afirmar su propia existencia a través de su mente o conciencia. La existencia del prójimo es dubitable, por lo que para los solipsistas la muerte no existe.
La idea filosófica y metafísica que respalda la teoría de la reencarnación fue desarrollada por Platón, quien asegura que, al morir, el alma y la esencia humana se liberan del cuerpo muerto para retomar su origen eterno, iniciando así su reencarnación en otro cuerpo físico naciente.
Según la teoría del cambio y la permanencia del espíritu, respaldada por Heráclito, se habla de un cambio incesante y transformación en el nacimiento y la muerte, de la que nadie escapa.
Por otro lado, según la teoría del hilemorfismo, explicación filosófica de Aristóteles cuando le preguntaban sobre las implicaciones de la muerte, el cuerpo humano es un todo y mantiene su espíritu mientras tenga vida, por lo que alma no puede desprenderse del cuerpo después de la muerte.
En cuanto a la religión, tanto el cristianismo como el islam tienen dos escenarios en cuanto a la muerte.
Ambos están derivados del llamado juicio final, del que depende a dónde irá el alma del ser humano después de morir: uno trata sobre la vida eterna o salvación del alma para los fieles creyentes, el otro trata sobre su condena eterna tras ser declarados culpables por sus pecados y ofensas capitales.
Para el budismo –para muchos religión, para otros filosofía- después de la muerte continúa viva la conciencia del fallecido. La muerte es un proceso natural en donde la mente se desprende del cuerpo físico para luego existir en otro cuerpo y en otra forma. En el budismo, cuando una persona muere, se le hace un ritual de transición que consiste en leerle un libro que trata sobre la muerte y la vida, a manera de instrucciones frente al fallecimiento con el propósito de mejorar su paso a los bordos, que equivalen a estados intermedios de existencia.